Una historia única que recorre las paredes

Construido bajo la Orden de San Francisco a finales del siglo XII

El actual Hotel, Convento Parador de San Esteban de Gormaz fue un importante monasterio testigo de la historia de esta tierra, frontera en la Reconquista primero, y Comunidad de Villa y Tierra después.

Hogar de monjes Franciscanos

Durante siglos, sus muros fueron hogar de monjes franciscanos dedicados a la agricultura que daban cobijo a peregrinos. También fue refugio de caballeros, nobles e hidalgos, posada de caminantes rumbo a Santiago y firme defensor de la riqueza que brindaba el río Duero.

Lugar designado para investir a los "Figos dalgo" de la viilla

Tal era la relevancia de este monasterio, que desde el primer cuarto del siglo XVI su capilla fue el lugar designado para investir a los “Figos-dalgo” de la villa, hoy conocidos como hidalgos. Los caballeros hidalgos, con la protección y favor del Rey, fueron honorables guardianes de las armas, las tierras y la administración local, y sus históricos apellidos llegan hasta nuestro presente.

1859, es cuando se convetiría en Parador

La desamortización de Mendizábal en 1845 cambió el rumbo del monasterio y fue en 1859, cuando se convertiría en parador de transeúntes. Por su parte, la iglesia fue adquirida y restaurada por el obispado de Osma-Soria, que la inauguró en 1900. En 1986 cambiaría su advocación a la de San Esteban Protomártir.

2025, "Hoteles con Leyenda"

Ahora, en 2025, “Hoteles con Leyenda”, devuelve a este edificio legendario la vocación que lo ha acompañado durante siglos: una parada en el camino, la observación y el culto a la tierra y la relajación del cuerpo y la mente, para devolver a este país una pincelada de su historia.

Revive 8 siglos de Historias y Leyendas en nuestro Convento Parador

San Esteban de Gormaz, conocida como la “Puerta de la Ribera del Duero”

San Esteban de Gormaz, conocida como la Puerta de la Ribera del Duero, guarda un legado que se remonta a los antiguos pueblos celtíberos. Su enclave estratégico entre Clunia, Tiermes, Uxama y Segontia Lanka la convirtió en cruce de caminos y escenario de historia.

El río Duero, testigo de su esplendor, fue durante siglos arteria de vida y frontera natural. Su majestuoso puente de dieciséis ojos, orgullo de la ingeniería medieval, marcó el paso hacia la Extremadura Castellana y transformó la villa en bastión clave de la Reconquista.

Entre sus murallas resonaron batallas y pactos que forjaron la identidad de Castilla y el espíritu de esta tierra noble y eterna.